domingo, 11 de noviembre de 2007

ADOPCIONES URGENTES

Aquí os presentamos a nuestros mininos que necesitan un hogar con muchísima urgencia.


Nit
Esta preciosidad oscurita tiene un año aproximadamente. Es tranquila, tímida y muy cariñosa. Está esterilizada.


Jaggi

Tiene cuatro años y es muy cariñoso. Como no tiene uñas delanteras no puede defenderse, y necesita con urgencia un hogar.


Yoko

Este peluche de un año fue abandonado, pero a pesar de ello es muy cariñoso con las personas. Está castrado y se siente mejor si es "hijo único".


Lucas

Este precioso siamés adulto es muy cariñoso y también necesita un hogar donde le quieran. Está castrado y microchipado.

Yelow

Es extremadamente cariñoso y expresivo. No tiene aún un año y convive muy bien con otros gatos.


¿No os los quedarías todos?
Llamadnos al 607 20 56 43 o escribidnos a progatbdn@eresmas.com

miércoles, 24 de octubre de 2007

¡Nos vemos en la Animaladda!

Progat BDN acudirá junto con Asociación Segunda Oportunidad Animal (ASOA), por tercer año consecutivo, al Salón para el Bienestar y la Defensa del Animal Abandonado (Animaladda), que organiza la Asociación Defensa Derechos Animal (ADDA), del 26 al 28 de este mismo mes de octubre en la Sala Barcelona '92 del Palau Sant Jordi.

Podéis visitarnos en el stand del Centre Comarcal d’Atenció d’Animals de Companyia (CCAAC) del Barcelonés, donde encontraréis a algunos de nuestros bichetes que están esperando un hogar.

Para ver la página del evento aquí tenéis el link: http://www.salonanimaladda.org/

¡Nos vemos allí!

lunes, 1 de octubre de 2007

Las famosas 10 razones

Sí, en Progat Bdn queremos hacer eco, también, de esas 10 razones para adoptar un gato adulto. Ahí van:

1. Lo que ves es lo que hay. Cuando adoptas un gato adulto sabes perfectamente lo que te llevas a casa. No sólo en cuanto a su físico, sino también a su carácter. Un gato adulto es una apuesta sobre seguro. Acoge en tu hogar a ese entrañable viejo amigo.

2. Los gatos con unos cuantos años encima funcionan de maravilla. Los gatos adultos no son como los coches usados que se encuentran fuera de circulación por tener algún defecto o avería, sino que van a parar a una protectora por motivos muy diversos: la pérdida de orientación resultado de una excursión gatuna, el fallecimiento o el ingreso en el hospital del dueño, un piso nuevo en el que no se admiten animales, el desarrollo de una alergia o aversión hacia el gato por parte de un miembro de la familia (en estos supuestos es el dueño el que está “defectuoso”, no el gato).

3. Los gatos adultos no son tan destrozones. Los gatitos son como los niños: todo se lo llevan a la boca. Estas bolitas de pelusa con patas pueden llegar a ser muy destructivas, ya sea porque les están saliendo los dientes o porque están explorando el mundo que les rodea. Los gatos adultos, por el contrario, no pierden ni tiempo ni energía en mordisquear cosas, cuando pueden invertirlos en asuntos de mayor envergadura como por ejemplo atormentar al perro del vecino.

4. Mientras que los gatitos se lanzan a la aventura, los gatos adultos tantean primero el terreno. Hay dos expresiones muy conocidas con respecto a los gatos: «La curiosidad mató al gato» y «tener siete vidas como los gatos». En el transcurso del primer año de vida de un gatito, la curiosidad se cobra seis de esas siete vidas debido a su tendencia natural a meterse en problemas que terminan acarreando accidentes y lesiones (morder cables, comer plantas, etc.). Los gatitos se tragan cuerpos extraños, se caen desde alturas elevadas, e intentan, sin éxito, hacer migas con el perro atormentado del vecino.

5. Los gatitos y la higiene son incompatibles. Los gatos adultos se pasan la mitad del día lamiéndose, mientras que los gatitos están demasiado ocupados disfrutando de la vida como para preocuparse por la higiene.

6. Einstein conocía la verdad acerca de los gatos. El brillante científico Albert Einstein descubrió una relación de significativa importancia entre masa y energía, que dio lugar a la fórmula: E=(MC)². Dicha igualdad viene a decir que tu nivel de Energía (E) es directamente proporcional a la Masa Corporal (MC) de tu gato al cuadrado, lo que demuestra que si adoptas un gato con mayor masa, como es el caso de un gato adulto, tu nivel de energía será más elevado que en el caso de que adoptes un gatito, cuya masa es mucho menor. Esto está del todo demostrado, ya que los gatos adultos duermen más, juegan menos, no requieren tanta vigilancia, rompen menos lámparas y no se empeñan en morderte los dedos de los pies a través del edredón a altas horas de la noche. Si gozas de la compañía de un gato adulto: dormirás mejor, estarás más relajado, no tendrás tantas desavenencias con tu compañía de seguros y disfrutarás de un mayor nivel de energía. Ahí queda eso. No tendrás el morro de llevarle la contraria a una autoridad como Albert Einstein, ¿no?

7. Los gatitos y los niños son incompatibles. Los niños suelen ser bastante brutos con los gatitos, incluso cuando no sea su intención hacerles daño. ¡Qué le vamos a hacer! Los niños son así. Ahí va un ejemplo práctico: si le dices a un niño que los gatos siempre caen de pie, lo primero que hará es tirar al gato desde el tejado para comprobar que es cierto. Los gatitos no pueden escapar de las garras de lo niños. Caso contrario es el de los gatos adultos que son capaces de defenderse, huir y esconderse, para luego maquinar su venganza bajo la luz de la luna.

8. No es necesario educar a un gato adulto. Bueno, en realidad tampoco necesitas educar a un gatito, pues la verdad es que ni unos ni otros son buenos alumnos. Sin embargo, los recién estrenados papás se empeñan en intentarlo, y claro, al final acaban abrigando sentimientos de culpabilidad y de fracaso cuando el susodicho pasa olímpicamente de ellos, salta sobre la encimera de la cocina, desenrolla el papel higiénico y realiza otras tantas felonías. Si adoptas un gato adulto te ahorrarás todo este proceso, ya que al fin y al cabo, tú no estabas a cargo de su educación. Así que siempre puedes hacerte la víctima y echarle la culpa al antiguo dueño.

9. Los gatos adultos no son unos guarros. Los gatitos juegan, toman el sol, construyen castillos de arena e incluso se quedan fritos dentro de sus bandejas. ¡Ah! Sin olvidarnos de un jueguecito muy divertido que consiste en sacar la caquita de la bandeja y darle de zarpazos por toda la casa hasta que desaparece debajo de un electrodoméstico o un mueble. Los que adoptan un gato adulto se pierden, por suerte, esta deplorable etapa en el desarrollo del animal. Y esto se debe a que a diferencia de los gatitos, los gatos adultos comprenden el propósito de la bandeja por lo que cooperan de buen grado a la hora de mantenerla limpia y libre de malos olores.

Sin embargo, la razón más importante para acoger un gato adulto en tu hogar es que:

10. Puede que sea su última oportunidad. Un gran número de gatos adultos acaba en una protectora, y no precisamente por su culpa, separado de aquellos a los que ama, rodeado de gatos desconocidos, confinado, confuso, asustado, deprimido y a menudo con el alma destrozada. Para colmo de desgracias, la mayoría de la gente tiende a adoptar gatitos adorables y juguetones. Mientras tanto, los gatos adultos se sientan a contemplar como una familia tras otra los ignora en favor de un precioso gatito recién sacado del horno. Los gatitos siempre gozan de una gran acogida y no tienen ningún tipo de problema para meterse a la gente en el bolsillo, sin embargo, puede que tú seas la última posibilidad que permita a uno de esos gatos adultos abandonados, olvidados y con el corazón hecho añicos ser feliz de nuevo. Un gato puede vivir hasta bien entrados los 20 años si recibe los cuidados adecuados y un poco de cariño. Por lo general se mantendrán activos y juguetones casi toda su vida. Algunos sólo necesitan un poco de tiempo para adaptarse a su nuevo hogar, pero una vez recuperen la confianza perdida, te recompensarán con años de amor incondicional y fiel compañerismo.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Los gatos marroquíes




En Chaouen, al norte de Marruecos, en el Rif, no se pueden dar dos pasos sin encontrar un gato callejero. Junto a los containers, en los alrededores de los restaurantes, debajo de un coche o de las sillas de una terraza. Hay gatos por todas partes, y lo que más llama la atención es que nadie los espanta, ni los maltrata, ni les hace nada que pudiéramos considerar dañino. Son los "otros" habitantes del pueblo. Aunque no los cuidan, conviven con ellos.

Allí donde hay un humano comiendo, hay gatos esperando a cazar algunas sobras. Esperan en la puerta de los restaurantes a que se saque la basura para darse el festín nocturno todos los días. De hecho, reciben sus trocitos de desayuno, comida y cena, que les dejan caer. Eso los mayores, los fuertes, claro. Los cachorros, si tienen suerte, esperarán a que su mamá se alimente para poder comer ellos también. Los huérfanos, los débiles, seguramente no sobrevivirán más de unos días.

Aquí podéis ver una gata que pudimos fotografiar:


Esta gata estaba ahí, al lado de la cocina, esperando. Supongo que tuvo la suerte de que nosotros comiéramos justo al lado y se pudo dar un pequeño banquete de carne rebozada.

El fin de semana, en Rabat, la cosa no fue distinta aunque, al ser la capital, no vimos tantos gatos en la calle. En cambio, nos llevamos una alegría: fuimos a visitar unas ruinas romanas y, dentro, una señora custodiaba una colonia. Digo que la custodiaba porque había unos veinte gatos cerca de donde ella vive.



Nos llamó uno la atención especialmente. También ponemos una foto:


Si uno se fija, puede ver que este gato tiene una malformación: le falta la pata izquierda de delante. Seguramente, si no hubiese sido por aquella señora, no continuaría con vida. Es muy cariñoso, enseguida se dejó tocar y parecía acostumbrado al trato humano.

Lamentablemente, no todos los casos son así. Produce especial tristeza el caso de los cachorros, la mayoría con problemas oculares y con pocas probabilidades de seguir adelante. Aunque es triste, también ponemos una foto de ejemplo.


Tal vez, algún día, podamos crear una asociación en Marruecos. Estaría bien, ¿verdad? Aunque la verdad es que en nuestro país aún queda mucho por hacer...